Viernes de Dolores y de Pasión en la Casa de la Cultura “José Saramago” de Albacete. La obra de teatro de nuestra parroquia vuelve un año más a los escenarios. Todo empezó a principios de febrero. Las primeras reuniones, las dudas de si habría actores suficientes, el poco tiempo que quedaba para ensayar… Pero se superaron todos los obstáculos y arrancamos.
Hubo muchas incorporaciones nuevas y bajas respecto al año pasado, pero la experiencia de nuestros directores, José Joaquín y Pedro, junto con la de los veteranos logró que todo fuera fluyendo. Los ensayos hay que vivirlos para saber lo que son, muchos nervios, reprimendas de los directores, pero todo ello en un estupendo ambiente de emoción y compañerismo con la práctica de las obras de misericordia, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra…
¡Y por fin el estreno! De nuevo afloran los nervios de los ensayos, los escenarios son desconocidos para la mayoría y un poco pequeños, especialmente el de la Casa de la Cultura de Nerpio, adonde acudimos el Domingo de Ramos. Pero la pericia extraordinaria del equipo de montaje y dirección logra que nos tranquilicemos un poco, al menos durante los minutos previos, incluso con los cambios de última hora en algunas escenas al no poder acudir algunos de los participantes en la obra.
Las palabras de Pedro y de José Joaquín nos acompañan y nos infunden ánimo. La gente viene a vernos para vernos actuar, confían en que no les vamos a defraudar pero lo importante es el mensaje que queremos transmitir. Rezamos un padrenuestro y salimos a escena. Todo sale a pedir de boca y en los momentos más duros de la Pasión, durante la crucifixión, algunos niños y niñas que acudieron a ver la obra con sus padres se asustan un poco y alguno llora. Al final todo es alegría, fotos, niños que acuden a ver a Jesús, Antonio, para comprobar que esto no es más que una obra de teatro y que no le ha pasado nada.
Agradecemos a José Antonio, el cura de Nerpio, las atenciones que han tenido con nosotros, la comida que ha sido magnífica, el donativo a la parroquia, y el cariño que nos han mostrado. Seguro que volveremos.
La Pasión quiere transmitir un mensaje, el mensaje de Jesús, basado en los textos evangélicos. Y qué mensaje es ése. El mensaje de sus enseñanzas siempre actuales y en especial en este año de la Misericordia, la caridad, el perdón, el mirar a nuestro prójimo con los ojos del corazón. Y recordar el precio que el Señor pagó por los pecados de todos los hombres, por los de todos y cada uno de nosotros, sabiendo que cada vez que con nuestros hechos negamos su mensaje somos nosotros mismos, y no los soldados o quienes lo juzgaron, los que le abofeteamos, le escupimos, lo coronamos de espinas o le clavamos en la cruz. Pero aun así y todo sigue presente la Misericordia del Señor: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Marcos Cid