Esta mañana queremos tener un recuerdo y agradecer a Antonio García su dedicación, su entrega y su buen hacer durante estos 50 años en nuestra parroquia de San Pablo.
Actualmente se encuentra en la residencia de ancianos de la Milagrosa en Montealegre del Castillo y su corazón sigue estando entre nosotros. Cada vez que alguien le nombra la parroquia de San Pablo se emociona por su fuerte apego a esta comunidad.
Dado su estado de salud por sus 92 años, no ha podido acompañarnos y recoge en su nombre de manos del Sr. Obispo Don Ciriaco, como muestra de cariño de toda la comunidad a Antonio, Lola Fuentes.
Le mandamos un fuerte aplauso y este cariñoso homenaje.
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Siguiendo con los agradecimientos que la comunidad de San Pablo quiere hacer presentes en estos 50 años, así también lo hacemos con José María Martínez Campayo, por su estar presente de manera continua en nuestras celebraciones de cada día, ayudando y apoyando en cada Eucaristía y siendo un feligrés que ha dejado y sigue dejando huella por su buen hacer, su constancia y tenacidad en la parroquia, donde a día de hoy sigue estando ahí.
Este año ha sido un año de enfermedad y debilidad pero José María sigue con nosotros al pie del cañón.
Con el cariño que la comunidad siente y tiene a José María y con un recuerdo especial a su mujer Pilar, le hacemos entrega de este detalle de manos de Don Ciriaco.
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También hoy queremos recordar y agradecer el esfuerzo de tantos años de trabajo al matrimonio José y Sagrario. Ejemplo y testimonio de un saber vivir el Evangelio dentro y fuera de la parroquia, donde han sido capaces de transmitir y han sabido dejar continuidad de su fe activa y colaboradora con la parroquia, en sus hijos.
Cuando llegaron las hermanas Carmelitas al barrio supieron ser espíritu de acogida.
Han estado vinculados, y siguen estando, en todos los ámbitos y campos de la parroquia, desde Caritas a catequesis, desde Liturgia al propio mantenimiento del templo.
Por todo ello nuestro Obispo Don Ciriaco hace entrega de este detalle en señal de gratitud de toda la comunidad hacia ellos.
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Y finalmente, la comunidad parroquial de San Pablo también quiere agradecer la labor callada, el desempeño esmerado, y su testimonio de vida a Felipa Cañadas.
Son 83 años los que tiene y toda una vida dedicada a hacer realidad el Reino de Dios, entre nosotros.
Se nos hace difícil definir tanto trabajo, tanta labor y tanto amor en su entrega diaria a la parroquia.
Está para todo el mundo, para los grandes momentos y pequeños detalles, para ayudar en la sacristía o en ADMA. Para colaborar en los preparativos o acompañar a enfermos.
Servicial, trabajadora, colaboradora, incansable en su hacer y estar todos los días.
Por tanta entrega y tanta labor parroquial, la comunidad de San Pablo con todo el cariño, quiere hacer entrega de este detalle en señal de gratitud, de manos de nuestro Obispo.