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Holywins y el milagro de las castañas

Este año no ha faltado el tradicional “milagro de las castañas de Don Bosco” en la Parroquia de San Pablo. Cada 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, en esta parroquia de la capital conmemoran un suceso extraordinario ocurrido en el oratorio de Valdocco: el milagro de las castañas. Aquel día, Don Bosco prometió castañas a todos los jóvenes que le acompañaran a rezar al camposanto. Aunque sólo tenía una pequeña cesta de castañas preparada por su madre Margarita. Con fe, comenzó a repartirlas sin temor y, para asombro de todos, las castañas no se acababan. Cada joven recibió su porción, e incluso sobraron algunas.

Este hecho, considerado un signo de la providencia divina, reflejó la profunda confianza de Don Bosco en Dios y su amor por los jóvenes más pobres. Ocurrió precisamente en la fiesta de Todos los Santos, recordando que la santidad se construye con gestos sencillos y entrega generosa. Hoy, la parroquia de San Pablo mantiene viva esta tradición, invitando a compartir con alegría y a creer en los milagros del amor y la solidaridad.

En este mismo espíritu, la Parroquia de San Pablo celebra cada año la fiesta “Holywins”, un juego de palabras que significa “la santidad vence”. La similitud fonética con Halloween no es casual, pues Holywins busca reforzar el verdadero sentido cristiano del Día de Todos los Santos, devolviéndole su carácter luminoso, alegre y esperanzador.

Los niños preparan sus trajes y las historias de sus santos favoritos. Aunque este año el puente afectó a la asistencia de los más pequeños, no faltaron Santa Quiteria, San Jorge, Santa Inés, San José y los apóstoles Pedro, Juan y San Pablo, entre otros. Por las calles cercanas a la parroquia se vieron niños y jóvenes disfrutando de una jornada festiva, deseosos de vivir con alegría su fe y caminar hacia la meta del cielo al ritmo de la música y las canciones.

Son muchos los que ya han llegado al cielo, y todos estamos llamados a compartir su felicidad, pues todos podemos ser santos”, comentó uno de los jóvenes vestido de San Agustín.

Desde la parroquia se proponen también iniciativas familiares para vivir la fiesta en casa: confeccionar el traje del santo preferido, ver películas sobre su vida o preparar dulces típicos como los buñuelos de viento y los huesos de santo. Actividades sencillas que buscan mantener viva la fe, la alegría y el espíritu de comunión en el Día de Todos los Santos.

 

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