Son las siete de la mañana. Suenan los primeros acordes de la sesión del padre Guilherme, cura dj. La cosa promete. No hay tiempo para desperezarse, la música y el mensaje va calando en los cuerpos que a ritmo de esta sesión inesperada van cogiendo fuerza para comenzar la Eucaristía de Envío del Papa Francisco.
Millón y medio de peregrinos. La Jornada Mundial de la Juventud ha sido todo un éxito. Se nota en los corazones de los jóvenes y en la alegría que rezuma en cada grupo. El Papa Francisco deja un último mensaje: “No tengan miedo”. Y así retoman la vuelta a casa.
Han sido días de mucho esfuerzo: caminatas, colas para comer, horas al sol, alojamientos sencillos, … Pero ha merecido la pena. Nuestros jóvenes albaceteños vuelven con las pilas cargadas.
Todo este cansancio y dureza de una Jornada Mundial de la Juventud se hace realidad en el último momento. Han sido días muy intensos y de mucha actividad. A la vuelta, el grupo de jóvenes de Albacete, tiene tres horas andando entre la masa de gente para volver a los autobuses. El calor aprieta. Entre los peregrinos cunde el agotamiento. Todo hace presagiar un final desastroso. Una parada técnica a la sombra y las palabras de sacerdotes y monitores vuelven a recobrar la vitalidad y la fuerza en el grupo albaceteño. Dos ingredientes que no han faltado en los jóvenes diocesanos presentes en esta JMJ: grupo y fraternidad.
Emotivas y admirables las palabras con la que nuestros jóvenes hacen balance de esta JMJ. En el bus de vuelta a casa, cada uno de ellos compartía al micrófono lo vivido durante todos los días de la JMJ. Entre la sencillez y naturalidad de las palabras todo rezumaba haber vivido una experiencia única. Fran no esperaba nada de estos días y “volvía lleno y agradecido por cada uno de los regalos recibidos cada día. La última misa vivida en Cascais y el momento de la comunión han sido únicos”. Daniela “veía en todo la mano de Dios”, desde el cansancio hasta los momentos de alegría. “Ha sido Dios”, comenta.
Para la Delegación de Adolescencia y Juventud de la Diócesis, PJAlbacete, ha sido una experiencia que “ha superado nuestras expectativas. Nos hemos sentido muy felices pudiendo compartir cada momento con los jóvenes que han entrado en la dinámica desde el minuto uno. Se ha creado un clima de ayuda, fraternidad y grupo increíble. Jóvenes albaceteños de distintas parroquias y pueblos han hecho una piña donde todos han sacado lo mejor de sí mismos para poder disfrutar de una experiencia única”, nos dicen en PJAlbacete.
Juanan es uno de los cuarenta jóvenes que han estado compartiendo los días previos a la JMJ. Cuando te acercas y le preguntas, su respuesta es clara: “Me ha molado mucho”. A sus veintiún años de vida, nunca había vivido algo así. “Ha sido impresionante escuchar al Papa Francisco. Escuchar sus homilías, era escuchar la palabra que Dios que quiere hacernos llegar a los jóvenes. En la Iglesia cabemos todos, Dios nos quiere sin maquillaje, no tengas miedo”, nos comenta Juanan.
El obispo de Albacete, D. Ángel Fernández, ha estado todos los días compartiendo estas Jornadas Mundiales de la Juventud. En la catequesis que impartía en esta JMJ recordaba a los jóvenes la necesidad de cuidar el matrimonio y la familia. Junto a la catequesis, celebraciones y oraciones también ha compartido el baile y la alegría juvenil. D. Ángel también ha querido estar cerca de los sacerdotes y seminaristas presentes en esta JMJ.
Más de cuatrocientos jóvenes albaceteños presentes en Lisboa estos días. Patri vuelve reencontrándose con la fe. Un Dios, nos comenta Patri, “que abre sus puertas incondicionalmente y que el Papa ha recordado que lo importante no es no caer sino no permanecer caído”. María es amiga de Patri y también ha reconectado estos días con Dios y ha encontrado respuestas a preguntas que le abrumaban.
Kasturi y Luli viene sorprendidas por el número de jóvenes que se reunieron. “Es impresionante. No somos unos pocos los que seguimos a Cristo. Merece la pena”, comentan. Las palabras del Papa han calado en ellas. “La llamada a mirar al caído, al que nos necesita y a caminar sin miedo nos anima a volver a nuestros trabajos reforzadas y animadas”, afirman.
Alberto ha tenido muchas posibilidades de asistir a otras JMJ pero dejo pasar la oportunidad. No ha querido perderse la de Lisboa. Ahora se arrepiente de no haber asistido antes. Viene impactado por todos los países que han participado y por el gran número de jóvenes. Se queda con dos momentos. Uno ver al Papa de cerca y el segundo, la Vigilia de Oración con el momento de la Adoración. Millón y medio de personas en silencio.
Los jóvenes albaceteños ya están en sus casas. Algunos comienzan hoy su campamento parroquial, como el caso de otro Alberto. El comenzaba su andadura en la JMJ lleno de ilusión y queriendo darlo todo para no perderse esta experiencia única. Y no le ha defraudado. Viene lleno de momentos, experiencias y personas. Ha merecido la pena. Entre sus proyectos próximos está acompañar a un grupo de adolescentes en el campamento, representar a España en el encuentro europeo de jóvenes de la Acción Católica General en Malta y comenzar estudios universitarios en septiembre.
La vida de nuestros jóvenes continúa y también la de la Delegación de Pastoral de Adolescencia y Juventud que ya prepara lío para esta Feria. Una JMJ que ya se prepara para vivirla en Seúl en el 2027. Hasta esa fecha el papa Francisco recuerda que toca resplandecer, escuchar y vivir sin miedo para ser artífices de paz y justicia.