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Un año en San Pablo

Un año pasa rápido. Ha sido un año de compartir ilusiones, soñar nuevos proyectos, de consolidar procesos, de renovar estructuras,… Gracias por la acogida, por vuestra cercanía y disponibilidad. Me siento como en casa.

Ya vais conociendo limitaciones y debilidades. Rarezas y manías. Somos personas y con eso se cuenta. Pero también ilusiones y disponibilidad. Estamos para acompañar. No hay otro deseo.

Mi misión es anunciar, compartir la alegría del Evangelio. Estar cerca de la gente y formar comunidad.

Somos familia y queremos formar la comunidad de los amigos de Jesús. Nuestra misión consiste en crear el Reino de Dios en nuestro barrio. Un reino de justicia y fraternidad. Un reino donde la esperanza florezca en cada dificultad. No andamos solos, abiertos al mundo, el Espíritu acompaña nuestra misión. Ahí estamos niños, jóvenes, adultos y mayores.

¡Gracias, familia!