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Pregón de Fiestas Peñas de San Pedro

¡Peñeros…, peñeras! ¿Cómo están ustedes? Que nos oigan en Pozohondo… ¿Cómo están ustedes?

Mis primeras palabras sean de agradecimiento a todos. Gracias, pueblo de Peñas por la invitación a pregonar… las mejores fiestas de la provincia de Albacete. Muchos estáis aquí en esta plaza a rebosar… pero sea también mi recuerdo y saludo a los que no han podido venir, a los enfermos y personas mayores. Aquellos que están en sus casas.

Mi saludo cariñoso también a Antonio, nuestro alcalde, y a toda la corporación municipal por pensar en mí para ser el pregonero de las fiestas. Cuando Antonio me llamo no pude decir que no.

Antonio… sabes que si tú me dices ven… yo… lo dejo todo.

Un saludo a José, vuestro párroco, que me acoge siempre muy bien siempre cuando vengo a Peñas.

Saludos a todos los que me acompañáis, sacerdotes amigos: Juan, Matías, José Antonio, sacerdotes del arciprestazgo. Un saludo a todos los sacerdotes que pasaron por este pueblo y sembraron buena semilla (Juan Miguel, Pedro, Javi, Pedro Ignacio), a las hijas de la caridad, feligreses de San Pablo y mi familia y los amigos de la vida. Saludo con afecto a las asociaciones del pueblo y a la buena gente que trabaja en la parroquia de Peñas, coro, catequistas, caritas, pastoral de la salud, monaguillos y fieles de la misa diaria… que durante todos los años que he estado como vuestro cura hemos trabajamos codo con codo por hacer un pueblo mejor. Saludo cariñoso a las damas de honor de las fiestas que me acompañan en este balcón del ayuntamiento.

Saludo especial a todos los que habéis venido de las 12 pedanías de Peñas. También son vuestras fiestas: Cañada Molina, El Colmenar, El Roble, Casa la Rambla, Fontanar de Alarcón, Casa de Cañete, La Fuensanta, El Valero, El Royo, Fontanar de la Viñas, El Sahúco y la buena de La Solana.

Volver a Peñas es volver a mi gente. Os confieso que me siento un peñero emigrante. Aquí están mis raíces como sacerdote. Cuando vuelvo a Peñas vuelvo a recordar aquellas conversaciones que regalan las vecinas, los ratos de brasero, las nevadas y hielos de semanas, las madrugadas del rosario, las tradiciones recuperadas, la romería, las giras del teatro, el triduo de la Milagrosa, las fritillas calenticas, las novenas del Cristo, los chocolates de las fiestas, el certamen de villancicos, la cuerva de Marcelo, la Virgen del castillo… Mi paso por Peñas quiso ser un hacerme uno de vosotros, estar junto a vosotros, ser un peñero más. La parroquia ha iniciado caminos, ha promocionado el pueblo, ha sido inventora de cosas buenas que luego otros han seguido.
En mi corazón de peñero están los niños y jóvenes de Peñas… Los buenos jóvenes de Peñas de San Pedro. Un saludo para vosotros… ¡cuánta guerra dais pero que grandes sois!. Sabéis que os quiero. 
Y dentro de mí también hay momentos intensos de estar junto a la gente, haciendo pueblo, como la manifestación del colegio durmiendo toda la noche en la delegación de educación. Aquí en Peñas viví momentos grandes como la victoria del mundial y ahí acabamos Antonio, el alcalde y yo metidos en la Pilar, festejando la victoria de España. Llegue hecho un pipiolo, el cura más joven de Albacete… Y aquí, junto a vosotros, no sé si maduré, pero si engordé.
Os contaré la pequeña historia de dos amigos que iban por el desierto y en un momento dado discutieron y uno le pego una bofetada a otro. El ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: “HOY, MI MEJOR AMIGO ME DIO UNA BOFETADA.” Continuaron su camino y llegaron a un oasis donde se bañaron. El que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse escribió en una piedra: “HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA”. Intrigado, el amigo preguntó: “¿Por qué después de que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?” Sonriendo, el otro amigo respondió: “Cuando un amigo nos ofende, debemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrar y hacer desaparecer la ofensa. Por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento del mundo podrá borrarlo.

Pues ésta es la historia de mi vida. Cuando vuelvo a Peñas solo veo cosas grabadas en piedra. Gente sabia y sencilla. Cada uno de vuestros rostros pero dejadme que nombre algunos en representación de todos: mis vecinos Juan Luis en el barrio alto, Manolo con su típico chiste te vendo un cura… pero un cura vendado no sirve para nada, mi amigo Ernesto, rey del esparto, Lola la panadera que me rezaba miles de oraciones antiguas, y así podría nombraros a todos pero dejadme que termine con Adolfino, como no acordarme de Adolfino… secretario del ayuntamiento que cuando entraba por la puerta nunca me decía buenos días sino un… No hay perras.
Grabado en piedra está la Colonia del Sahúco, y los millares de niños que han pasado por ella. Los monitores del Sahúco…, Me quedo sin palabras para valorar lo que son… Sabéis lo que os quiero y os aprecio. Que bien lo hemos pasado y cuanto ha crecido el corazón en cada campamento….

Grabado en piedra están tantas celebraciones y tantos rostros amigos que el tiempo se los llevó… aquellos que hicieron de este pueblo lo que es. En piedra están grabados los curas del pueblo: José Sarrio, que bueno es José y cómo quiere a su pueblo… recuerdo siempre su frase: las peñas hay mis peñas… Juan Molina, compañero y amigo. Que buenos curas tenéis en Peñas. A ver si sale alguno más… ¿no?

Las hermanas, Hijas de la caridad, ¿cómo no van a estar grabadas en piedra? Tanto cariño, compañía han puesto en este pueblo. Hoy falta una ventana abierta en la plaza, una luz encendida. Os pido un recuerdo para sor pilar, para la buena de sor Irene. Un recuerdo y oración para sor Inés y sor encarna. Y oye que suerte tiene Peñas que sor Dolores siga viniendo y manteniendo la llama vicenciana. Os confieso que cuando estoy un poco bajo de ánimo recuerdo a sor pilar diciéndome: Presioso…

Pero dejemos el pasado y miremos al presente. Peñeros. Han llegado las fiestas…. 
Es momento de la fiesta, de las peñas… ¿a ver dónde están esas peñas? A ver que hacéis estos días y como os portáis… Seguro que bien.

Han llegado las fiestas. Son días de familia, de amigos, de estar en la peña. Durante las fiestas ya no se encarecen las sonrisas ni los saludos. Las puertas de las casas están abiertas. 
Me encantan las fiestas de Peñas. Y creo que eso se nota. Hicimos la peña de los curas para ir a los toros, la carroza de la parroquia, la tómbola solidaria de caritas, y no ha faltado la uncía en la traída y llevada del cristo cada año…

Han llegado las fiestas… En honor del Santo Cristo del Sahúco. Esta noche es noche de oración, de vela, de acercarse un ratico entre baile y baile… Es noche de velar piernas para correr con fortaleza y ánimo. ¡Que grande es el Cristo del Sahúco! Que nos recuerda escribir en piedra lo bueno y olvidar en la arena las ofensas y enemistades. Son días de fiesta, días de volver a recuperar el mensaje del Cristo del Sahúco.

Peñeros: Dios os ha bendecido con el Cristo del Sahúco. Que el tiempo no derribe lo que era fuerte, los valores, su mensaje y propuesta de vida.
Y voy terminando pero como tengo fama de pedir. Cosa que no entiendo… pero vamos si hay que pedir se pide… Antonio a ver si me regalas alguna entrada para los toros… para la peña de los curas… 
Esta noche… Vuelvo a Peñas. Volver a Peñas, es volver a mi pueblo sin haber nacido en él. Porque peñero, de Peñas de San Pedro es de donde vengo, de donde soy, de donde suena mi acento, donde añora mi olor, de donde el Dios de la vida me regalo lo que soy.

Peñeros… que nos oiga el mundo entero: 
¡Viva el santísimo Cristo del Sahuco!
¡Viva su santísima Madre!
Felices fiestas…..