Os escribo estas letras, con mucha esperanza. Os deseo lo mejor a cada uno de vosotros y vuestras familias. Así lo pido en estos días entrañables.
Lo primero preguntar por ti. ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu gente?
Yo, por mi parte, te puedes imaginar. Con la obra de la parroquia que se alarga y van saliendo cosas. Ha sido una obra necesaria, grande. Esperamos poder contar con nuevos cimientos y tejado que sostengan y robustezcan nuestro templo. ¡Qué bonito sería si también nos ayudara a fortalecer la fe y la fraternidad en la comunidad!
En este tiempo, estoy redescubriendo que con Jesús todo es alegría. Su presencia lo inunda y da una nueva dimensión a todo. ¡Cómo cambia la vida cuando Él está!
Hemos vivido un año atípico, rápido. La pandemia no nos deja bajar la guardia. Seguimos unidos unos a otros. Gracias por formar comunidad, grupo, pueblo de Dios. Gracias por sentirte parte de esta gran familia que tiene en su centro a este Dios con nosotros: Jesucristo.
La Navidad es nacimiento de Jesús. Que Jesús nazca en ti. Te llene de su alegría. Pido por ti y tu gente.
Estoy a tu disposición. Cercanos y unidos en Jesús: ¡Feliz Navidad!
